En unos minutos se te va la vida...
En un final increíble, San Lorenzo embocó a Vélez por duplicado y casi que lo mató en su pelea por la punta.
La postal del final fue inverosímil. San Lorenzo ganó, porque un empate así no puede considerarse de otra manera, por su corazón. En un par de minutos, los mismos que había regalado sobre el final del primer tiempo, reventó su estadio de gritos. Y, en una imagen casi fellinesca, los antes insultados fueron los héroes: el Malevo Ferreyra, Joaquín Botero (gran centro para el empate) y hasta Malingas Jiménez (obligó al error Pellegrino) casi se van en andas del Nuevo Gasómetro. Buen reflejo de Ruggeri —otro resistido por varios exaltados—, quien con interesantes cambios y a fuerza de dos pibes —Acosta y el Cebolla Cipollone— hizo salir el sol en una noche tormentosa.
Las motivaciones determinan, muchas veces, no sólo estados de ánimo, sino resultados. Más allá del ya cuento marca registrada del "somos todos profesionales", o "vestir esta camiseta es un orgullo", la sangre no fluye con igual intensidad si sos plan A o B, si podés correr por el scudetto o si apenas arrimás para el bochín. ¿O a Saja, por caso, —líder si los hay— si le dieran a elegir, optaría por el torneo local? En esa mixtura del deber y el querer, el partido se jugó con algunas intenciones y otras liviandades. Por lo primero, Vélez y sus ganas de descontarle puntos a River. Por lo segundo, otra vez Vélez y un nuevo partido regalado como aquel recordado de la cancha de Boca.
Fin de mes, mango justo, apenas acompañaron los seguidores. En ese contexto, no fue fácil para San Lorenzo encontrar un juego que no dependiera de aptitudes individuales como algún toque de Darío Bottinelli u otro acompañamiento del repuesto Osmar Ferreyra. La mente y las piernas en México, el cuore en el Bajo Flores. Porque Vélez pareció haber perdido otra posibilidad —remota, aunque chance al fin— de seguir hasta el final. Luego de la estocada que sufrió el equipo en su partido en la 9 fecha, revivió de a poco por un genial Mauro Zárate y consolidó su levantada en un gran ''clásico'' ante Independiente. Anoche, claro, volvió a parecerse más a aquel equipo timorato (no te pueden empatar así) que a uno con pinet sólido para desbarrancar a los grandes.
FUENTE: WWW.OLE.COM.AR
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San Lorenzo le arruinó el festejo a Vélez sobre la hora
El Fortín ganaba cómodamente con dos tantos de Mauro Zárate (PT 41m y 43m), pero se durmió sobre el final y el Ciclón se lo empató con goles de Osmar Ferreyra (ST 44m) y Roberto Jiménez (ST 47m).
Vélez fue al Nuevo Gasómetro en busca de tres puntos para seguir soñando con el campeonato, pero se relajó sobre el final y pagó un precio muy caro: San Lorenzo, que perdía 2-0, aprovechó un par de errores y logró un milagroso y agónico empate.
La primera mitad fue bastante pobre, ya que ambos se cansaron de pegar y carecieron de ideas claras en los últimos metros. La visita tuvo un poco más la pelota y se aproximó más al arco defendido por Sebastián Saja: Lucas Castromán despertó a todos con un remate que pasó cerca y Robles exigió al arquero local con un derechazo.
El Ciclón entregó muy poco. Apenas un tiro libre de Osmar Ferreyra que pasó cerca del poste derecho de Gastón Sessa. Roberto Jiménez y José Ulloa estuvieron siempre a contramano, mientras que Darío Bottinelli jamás se mostró para conducir al equipo.
Y cuando parecía que el primer tiempo se moría en cero, apareció Zárate y definió el encuentro. La apertura del marcador llegó a los 41: Damián Escudero tiró el centro, Lucas Castromán la bajó de cabeza y el goleador de la noche la tocó contra el palo izquierdo de Saja. Dos minutos más tarde, Javier Robles metió un buen pase entre líneas y Mauro, en clara posición adelantada, puso el 2-0.
San Lorenzo salió desganado a jugar el complemento, en tanto que Vélez se conformó con la ventaja y apenas atacó. Oscar Ruggeri probó con Claudio Acosta y Joaquín Botero adelante, pero siguió teniendo los mismos inconvenientes para generar situaciones.
La única manera que tenía el local para meter la pelota en el área rival era tirar centro cruzados, arma que fue ineficaz para superar a los centrales de la visita hasta el inesperado desenlace.
Vélez se metió demasiado atrás en el final y terminó sufriendo. A los 44, el debutante Maximiliano Cipollone tiró un centro desde la derecha y Osmar Ferreyra llegó libre por el segundo palo para marcar el descuento.
El árbitro Claudio Martín adicionó tres minutos más y San Lorenzo los aprovechó para conseguir el empate. El boliviano Botero la picó al área chica, Sessa salió mal y Jiménez, con la nuca, decretó el 2-2. Sorpresa y delirio para los hinchas del Ciclón y mucha rabia para los de Vélez, que tenían el triunfo en las manos.
FORMACIONES Y CAMBIOS:
SAN LORENZO: Sebastián Saja; Cristian Tula, Pablo Quattrocchi, Jonathan Bottinelli, Germán Voboril (ST Claudio Acosta); Pablo Alvarado, Osmar Ferreyra, Walter Acevedo; Darío Bottinelli (ST 25m Maximiliano Cipollone); Roberto Jiménez y José Ulloa (ST 16m Joaquín Botero). DT: Oscar Ruggeri.
VELEZ: Gastón Sessa; Fabián Cubero, Maximiliano Pellegrino, Mariano Uglessich, Ariel Broggi; Maximiliano Bustos, Iván Moreno y Fabianesi (ST 12m Sergio Senna), Javier Robles, Damián Escudero (ST Emiliano Papa); Mauro Zárate y Lucas Castromán (ST 29m Emmanuel Fernándes Francou). DT: Miguel Russo.
AMONESTADOS: Moreno y Fabianesi (v), Uglessich (V), Quattrocchi (SL), Escudero (V), Ferreyra (SL), Jonathan Bottinelli (SL), Broggi (V).
FUENTE: WWW.TYCSPORTS.COM
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Sobre la hora es un placer
Luego de estar dos goles abajo, San Lorenzo empató agonicamente en la última jugada frente a Vélez 2 a 2. Los tantos del Ciclón fueron de Ferreyra y Jiménez, mientras que Zárate marcó ambas veces para el Fortín. Flojo desempeño de la terna arbitral.
BUENOS AIRES.- Si para Luis Miguel, aquel cantante que deslumbra señoritas en el estadio Amalfitani, "Amarte es un placer", para los cuervos amargarle la noche a Vélez sobre la hora también "es un placer".
Tal como sucedió en el Apertura 2005, anoche, el conjunto de Oscar Ruggeri le quitó la ilusión al equipo de Liniers en la última jugada. Y en la decimocuarta fecha del Apertura 2006, se repitió la historia.
Es que en la primera parte, en medio de un polémico arbitraje, los de Miguel Russo se encontraron con un 2 a 0 casi decisivo. A los 42 minutos, Zárate de cabeza, en posición dudosa, adelantó a la V. Y tres minutos más tarde, el goleador, recibió un pase más de medio metro adelantado (Serrano, un pésimo lineman no lo advirtió), eludió a Saja y definió suave.
El clima, si bien los cañones apuntan a la Sudamericana, era tenso por Boedo. Es que el equipo alternativo seleccionado por Ruggeri no había hecho nada bien. La defensa poco segura, el medio sin mucha comunicación, y adelante sólo Jiménez se movió bien, Ulloa entorpeció todo intento.
La segunda mitad comenzó igual, y nadie imaginaba una remontada. A pesar de no demostrarlo, Vélez parecía estar más cerca del tercero que San Lorenzo del descuento.
Pero en el fútbol, las apariencias engañan. El DT santo hizo un par de variantes que apenas le cambiaron la cara al equipo. Claudio Acosta fue por Voboril, el pibe Cipollone debutó al ingresar por un deslucido Darío Bottinelli y Botero regresó a las canchas por Ulloa.
Este tridente fue un poco más despierto, y pudo generar más situaciones. Botero lo tuvo tras pararla de pecho pero su disparo pegó en la parte posterior de la red; y Quatrocchi, tras centro de Acosta, casi descuenta.
Sin embargo, a cinco del final, Cipollone envía un centro desde la derecha y Ferreyra, solo, define al palo izquierdo de Sessa. Parecía ser el gol del honor nomás. Pero el constante aliento del público azulgrana, hizo que los jugadores vayan por más.
En el último intento, Botero lanza un centro de derecha a izquierda, Sessa quiere llegar pero no alcanza y, Malingas, que se encontraba ahí, empuja levemente el balón, que ingresa pidiendo permiso.
El delirio cuervo ante la retirada fortinera, era una postal que se viene repitiendo seguido en el Pedro Bidegain. El encuentro, mediocre por su falta de fútbol, quedará en el tintero por que ambos equipos marcaron sus goles consecutivamente en una etapa cada uno. Pero el que ríe último, dicen, ríe mejor. Y así lo sintió la familia sanlorencista.
Mal desempeño de los árbitros
Claudio Martín dirigió por segunda vez al Ciclón luego de su largo periodo de inactividad. No tuvo criterio para mostar las tarjetas y siempre estuvo lejos de las acciones. En tanto, su colaborador Ismael Serrano, el mismo que en una ocasión le hizo gestos a la Platea Sur, no se percató que Zárate en el segundo gol estaba más de medio metro adelantado. Marche una suspensión...
FUENTE: WWW.MUNDOAZULGRANA.COM.AR